Entre el 80 y 90% de la población esta afectada por un problema digestivo teniendo consecuencias tanto a nivel físico como emocional.

Vamos a ver de dónde pueden venir esos problemas y cómo pueden afectar a las emociones.

Cada uno de nosotros es un planeta y esto es porque si miramos con un microscopio veremos los millones de microorganismos que habitan nuestro cuerpo.

Estos microorganismos están alojados en la piel, los pulmones, la boca, la vagina y la casa de sus sueños esta en el intestino.

De hecho el intestino es como el amazonas, alberga 100 billones de bacterias que en conjunto pueden llegar a pesar 2 kilos.

En definitiva, hay 10 veces más microorganismos en el intestino que células en todo el cuerpo.

Todos esos microorganismos que viven en el intestino es lo que se denomina microbiota intestinal y esta compuesta por bacterias, virus, hongos y algunos parásitos.

Y como en toda comunidad hay algunos habitantes buenos y otros oportunistas. Esto no supone un problema mientras haya equilibrio y se mantenga la estabilidad y la diversidad.

La microbiota intestinal participa en más de 20000 funciones que se realizan a diario en nuestro cuerpo:

  • Trituran los alimentos que nosotros no somos capaces de digerir
  • Fabrican vitaminas
  • Descomponen sustancias tóxicas
  • Entrenan al sistema inmunitario

Como ves no es pecata minuta.

Si la microbiota intestinal tiene algún problema nosotros también lo podemos tener.

Otro dato a tener en cuenta es que el cerebro y el intestino son grandes colaboradores. Existe entre ellos una autopista bidireccional a través de la cual el intestino manda información al cerebro y viceversa.

Esta autopista se llama Eje Intestino-Cerebro.

Y seguro que has notado más de una vez esa comunicación.

Por ejemplo, cuando estas enamorada y sientes mariposas en el estómago, o cuando tienes un examen o un proyecto para entregar y de repente tienes que ir al baño con urgencia.

O al revés, has tenido una comida copiosa y sientes tu cabeza abotargada, no tienes la misma claridad mental.

Lo que piensas y sientes afecta a la salud del intestino y lo que comes afecta a la salud emocional.

Además, ahora se sabe que a esta autopista se ha sumado un nuevo miembro, la microbiota.

Y, cada vez se conoce más sobre cómo estos microorganismos producen sustancias que influyen en el estado de ánimo y afectan a la función del intestino y del cerebro.

Fíjate que interesante, el 95% de la serotonina y el 50% de la dopamina se fabrican en el intestino.

La serotonina es la hormona de la felicidad y la dopamina es la hormona asociada a las sensaciones placenteras.

La microbiota puede modular la producción de estas dos hormonas, afectando a su función y con ello a nuestra conducta.

Para nuestra salud es muy importante que nuestra microbiota esté sana y que no se produzca un desequilibrio entre las bacterias buenas y las bacterias oportunistas.

Las consecuencias de un desequilibrio pueden ser:

  • Ansiedad y depresión
  • Apetencia por alimentos dulces, como en el caso de la cándida
  • Fatiga
  • Problemas digestivos
  • Sistema inmunitario deprimido
  • Alergias e intolerancias

Las causas de ese desequilibrio denominado disbiosis son:

  • Dieta: mala masticación, déficit de vitaminas y minerales, alto consumo de azúcar, …
  • Tóxicos: alcohol, tabaco, contaminación, estrés
  • Estreñimiento, diarrea, edad
  • Infecciones intestinales: parásitos, hongos, salmonelosis
  • Fármacos: antibióticos, corticoides, antiinflamatorios

¿Cómo podemos mantener nuestra microbiota saludable?:

  • Dieta en la que predominen la frutas, verduras, frutos secos, semillas, alimentos fermentados (yogur, kéfir, kombucha, miso, …), legumbres, grasas saludables (aceite de oliva virgen extra, aguacates, …), pescado salvaje, carne y huevos ecológicos. Y evitar los alimentos procesados (bollería, galletas, cereales de caja, …), los hidratos refinados (pan blanco, harinas, pasta, …), las grasas trans y los aditivos.
  • Gestión del estrés
  • Actividad física
  • Masticar

Ya ves que nos somos muy diferentes a la microbiota, tanto a ella como a nosotras nos siente bien un estilo de vida saludable.

Y como dice un proverbio chino “En el intestino esta la vida”.

Así que confío que a partir de hoy el intestino deje de ser el órgano al que sólo le prestas atención cuando tienes necesidad de ir al baño, o cuando tienes malas digestiones o hinchazón.

Porque como has podido ver los microorganimos que lo habitan tienen mucho que decir en cuanto a nuestra salud tanto física como emocional.

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