Los frutos secos y las semillas son fuente de minerales, vitaminas, grasas, proteínas y fibra. Como ves son alimentos muy nutritivos.

Es cierto que en el caso de querer perder peso sigue existiendo la creencia de evitar su consumo por su aporte calórico, pero como siempre en la cantidad esta el secreto.

Esto es solo un apunte para que pierdas el miedo a comer frutos secos y semillas. De hecho son una opción muy saludable para añadir a tus platos o como snack.

La mejor manera de comer frutos secos es que estén crudos ya que al tostarlos las grasas que contienen se oxidan perdiendo sus propiedades.

Además una manera de mejorar su aporte nutricional es eliminando los antinutrientes a través de la activación.

 ¿Qué son los antinutrientes?

Son sustancias que interfieren en la absorción o asimilación de ciertos nutrientes (minerales, proteínas, …).

Imagínatelos como ladrones de nutrientes.

Estos ladrones tienen afinidad por el hierro, el calcio, el zinc, el magnesio y lo que hacen es secuestrarlos y llevárselos con ellos. De esta manera tu cuerpo no los absorbe y se expulsan en las heces.

Para evitar que esto suceda, hay una manera de poner a raya a estos ladrones y es activando los frutos secos y las semillas.

Y, ¿qué es esto de activar los frutos secos y las semillas?

Es muy sencillo.

Se trata de ponerlos en remojo durante unas horas consiguiendo que los antinutrientes pasen al agua.

Los frutos secos y semillas que se pueden poner a remojo son las nueces, almendras, avellanas, anacardos, semillas de sésamo, de girasol o de calabaza.

Los beneficios de activar estos alimentos son:

  • Mejor digestión
  • Mayor contenido nutricional, ya que se eliminan los antinutrientes
  • Mejor sabor y textura

¿Cuánto tiempo y cómo activarlos?

En cuanto al tiempo no te vuelvas loca. Aunque para cada fruto seco y semilla hay unos tiempos recomendados en esta vida hay que ser prácticos.

Lo que suelo hacer es dejarlos en remojo toda la noche entre 8 -12 horas.

Estos son los pasos que tienes que seguir para activarlos:

  • Pon los frutos secos (crudos) en un vaso o tarro de cristal
  • Añade agua hasta cubrirlos, lo aconsejable es que sea agua embotellada o que haya pasado por un filtro
  • Añade un chorrito de vinagre de manzana o zumo de limón, esto ayudará a que se vayan los antinutrientes
  • Déjalos entre 8 y 12 horas en remojo
  • Cuélalos para quitar el agua, verás que se ha quedado bastante turbia.
  • Enjuágalos bien debajo del agua del grifo

Y ahora ya están listos para comértelos o también puedes conservarlos en la nevera durante 3 días.