Ya esta aquí la Navidad y con ella se supone que la felicidad y la alegría.

Lo cierto es que para mí ha habido años en que así ha sido, pero en cambio ha habido otros en los que la he llegado a aborrecer, otros la he vivido con indiferencia y desde que nació mi hija la acojo con ilusión.

A su lado he recuperado la magia con la que los niños viven esta época.

Y tú, ¿cómo la vives?.

Lo cierto es que año tras año ponemos la atención en los excesos en la comida, en la bebida, en los gastos, …

Y nos olvidamos que en realidad todo esto hace que en Navidad aparezcan emociones que no sabemos gestionar.

Aquí es donde está el quid de la cuestión y mirando lo positivo estos días nos pueden servir a nuestro crecimiento personal.

Estas son algunas de las situaciones que causan emociones:

  1. Ser anfitriona
  2. Reencuentros familiares no deseados
  3. No saber decir no cuando te ofrecen comida
  4. Miedo a engordar

Todas ellas te pueden llevar a comer de más, al no saber atender las emociones que aparecen recurrimos a la comida para aliviarlas.

¿Qué puedes hacer?

1- Identifica y valida tus emociones

* Date permiso para sentir, así podrás identificar cómo estas. Las emociones son energía que si no fluye se bloquea y termina saliendo en forma de dolor, atracón, gritos, …

* Presta atención a cuáles son los disparadores que te pueden llevar a comer de más (personas, eventos, comida, sentirte sola, incomprendida, …)

* Cómo te hacen sentir esos disparadores, se trata de que seas capaz de saber cómo te hacen sentir esas emociones que no sabes manejar.

2- Expresa tus emociones de forma saludable

* Respira, la respiración es una herramienta que tenemos y que no la utilizamos. Al enfocarte en tu respiración conectas contigo. Cuando estas estresada respiras de manera superficial, por eso respira profundamente y observa como te sientes. Permítete sentir la emoción sin juzgarla, simplemente siente y observa.

* Muévete, El movimiento ayuda a mover las emociones y a darles salida. Anda, baila, corre, …

* Estáte en contacto con la naturaleza, da un paseo con los cincos sentidos, presta atención al olor que desprenden las plantas, escucha el sonido de las hojas, observa los colores, y hasta puedes abrazar a los árboles (antes pídeles permiso).

* Escribe, cuando escribes los pensamientos haces una limpieza mental, te ayuda a poner distancia con la situación y coges perspectiva.

Como ves, poniendo luz a cuáles son tus emociones y necesidades va a ser más fácil gestionarlas y cubrirlas.

Y ahora aprovecho para desearte una ¡Feliz Navidad!.

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Este vídeo lo ha hecho un padre del colegio de mi hija, en él están sus dos hijos y el profesor de música del colegio (saxo). Cuando me lo mandaron me encanto y por eso lo he elegido para felicitarte la Navidad.