Entre tanta dieta, ¿cuál es la mejor?.

Todo el mundo quiere encontrar la dieta mágica con la que conseguir el peso ideal, mantenerse saludable y encima disfrutar comiendo.

¿Es eso posible?

Con la determinación de encontrarla vas probando una tras otra, total para volver al punto de partida o incluso empeorar.

A mi me suelen hacer preguntas como:

¿Crees que este alimento es bueno?

¿Qué opinas sobre esta dieta?

¿Aconsejas eliminar la leche?

Siendo la batería de preguntas infinita.

Lo que suelo contestar es que si un alimento es bueno o no, la que mejor lo sabe eres tu misma.

No tienes mas que escuchar a tu cuerpo, ya que no lo olvides, tu cuerpo es sabio y perfecto.

Y sino mira cómo es capaz de digerir los alimentos, respirar, bombear tu corazón y un sinfín de actividades sin que tu intervengas para nada.

Así que tu me dirás si no es capaz de saber qué le conviene y qué no.

Aquí es donde empieza el problema

No le prestas atención a tu cuerpo, ya te puede mandar todo tipo de señales que no le haces ni caso.

Estas más atenta a los estímulos externos que a los internos. Lo que te lleva a no saber distinguir por ejemplo el comer emocional frente al comer físico.

La teoría la conoces de sobra, y sabes que es mejor un plato con una buena ración de verduras, unos pocos cereales y proteína, en vez de una hamburguesa de Mcdonald´s.

O si tienes sed, es preferible que bebas agua en vez de un refresco repleto de azúcar.

Lo que te quiero decir es que la dieta que mejor funciona para ti es aquella que tu creas cuando estas atenta a las señales de tu cuerpo.

Las necesidades de tu cuerpo no son siempre las mismas, van variando al igual que las estaciones.

Al igual que le influye como te encuentras. No es lo mismo si estas realizando mucha actividad física, o si por el contrario estas apoltronada en el sofá, o si estas atravesando una época de mucho estrés, o una separación, o el comienzo de una nueva relación.

Toda esta parte es la que primero tienes que cuidar porque de ella depende el cómo te alimentas.

Por eso mismo tu dieta cambia contigo, de manera que puedes creer tu dieta y hasta le puedes dar un nombre si te apetece.

Al igual que no hay otra persona como tu, tampoco hay un cuerpo con las mismas necesidades que el tuyo.

Esta claro que hay unas bases y unas pautas generales para todos, pero luego tienes que prestar atención a tu individualidad. Y te puedo asegurar que nadie mejor que tu conoce lo que necesitas.

Lo que también esta claro es que para llegues a crear tu propia dieta es necesario que realices cambios y que incorpores nuevos hábitos.

Para que encuentres la mejor dieta quizás necesites de apoyo y de asesoramiento. Además de conseguir mayor conocimiento sobre los alimentos, tendrás que aprender a conectar con tu cuerpo, prestar atención a cómo estas en el trabajo, cómo están tus relaciones, tu actividad física, tu espiritualidad, …

Todo influye

Por eso mismo crear tu propia dieta es un trabajo integral gracias al cual conseguirás vivir de la manera quieres.

Alcanzando así el bienestar y la felicidad que mereces. Porque como escuché el otro día, qué quieres, ¿existir o vivir?.

Sé que todo esto te puede sonar un poco utópico pero te puedo asegurar que no es así. Y lo sé por mi propia experiencia.

Es cierto que no he tenido problemas de peso, pero eso no quita que quisiese perder 2 o 3 kilos y así alcanzar el peso que para mi era el perfecto.

Pero ni con esa motivación he sido capaz de seguir una dieta, y esta es una de las razones por las que pienso que las dietas impuestas son pan para hoy y hambre para mañana.

En cambio si he sido capaz es de modificar mi alimentación y mis hábitos. Estos no tienen nada que ver con los que tenia hace 6 años.

Este cambio ha sido posible gracias a una mayor conciencia en lo que como y conmigo misma. Gracias al yoga y a la meditación he conseguido conectar con mi cuerpo.

Ahora sé perfectamente identificar el hambre física del hambre emocional y así dar a mi cuerpo lo que realmente me esta pidiendo.

También tengo momentos de debilidad y me doy atracones de vez en cuando. La gran diferencia con hace unos años es que ahora soy muy consciente de ello y me doy el permiso.

Así que cuando me duele la tripa por el empacho, no me siento culpable ni con remordimientos.

De esto se trata que te alimentes conscientemente y seas tu quien decide. Es la forma de disfrutar de la comida y de olvidarte del control constante por tu peso.

El punto de partida es que pongas en orden tus alimentos primarios (trabajo, relaciones, ejercicio, espiritualidad, …) y después pases a los alimentos que ingieres.

¿Qué te parece encontrar la dieta ideal para ti?

Es posible, así que ponte manos a la obra. La calidad de tu vida depende de ello.