Me acuerdo cuando empecé a hacer yoga y me preguntaba: ¿qué es meditar?.

Al principio la respuesta era tener la mente en blanco. Sinceramente esto me parecía imposible, porque basta que pienses que no quieres pensar para que el aluvión de pensamientos sea incontrolable.

Con el tiempo y la práctica ví que no se trataba de tener la mente en blanco sino de dirigir conscientemente la atención de manera que transciendes a tus pensamientos.

La meditación te ayuda a conocerte, ya que te mueves hacia tu interior y dejas de lado al ego.

Te abres a tu corazón consiguiendo estar en contacto con tu intuición.

De esta manera ganas confianza y fortaleza ya que conoces cuáles son tus prioridades y sabes que eres merecedora de alcanzarlas.

Estos son algunos de los beneficios que he encontrado al meditar:

  • Libera el estrés: La meditación reduce los síntomas relacionados con el estrés ya que relaja los músculos, ralentiza el ritmo cardiaco y devuelve a las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) a sus niveles normales.
  • Aporta calma y tranquilidad interior: Al meditar entras en un estado de quietud y confort que aportan claridad mental. Y a la vez sientes la conexión con tu yo interior.
  • Conciencia en el presente: Al poner toda la atención en el momento consigues vivir en plenitud. Consigues liberarte del torrente de pensamientos que en muchas ocasiones son contaminantes, ya que a veces son de culpa, de remordimiento por el pasado o de anticipación al futuro.
  • Vitalidad: Al conseguir un estado de tranquilidad esto te aporta energía y vitalidad ya que refresca tu mente y la limpia de toda la carga almacenada a lo largo del día.
  • Reduce la negatividad: al ser consciente de tus emociones puedes cambiar tus reacciones. En realidad esos momentos difíciles son una ocasión para aprender y conocerte mejor.

Hay muchas maneras de meditar y hoy te voy a proponer la meditación a través de los sentidos. Recibimos constantemente estímulos del exterior por eso te animo a que te conviertas en observadora de toda esa información que te llega.

1- Meditación visual

En una posición cómoda con la espalda erguida, los brazos y las manos relajadas, concéntrate en tu respiración, en cada inhalación y exhalación.

Esto te ayuda a tranquilizar tu cuerpo y tu mente.

Ahora observa lo que tienes delante como si fuera la primera vez que lo ves. Fíjate en los colores, en las formas, intenta ir más allá. ¿Qué ves en el horizonte?.

Maravíllate al igual que lo hacen los niños. Si tienes hijos pequeños no tienes mas que ver cómo viven cada descubrimiento y hacer lo mismo que ellos.

2- Meditación táctil

Escoge objetos de diferentes materiales (arcilla, pluma, piedra, harina, agua, …) y colócalos delante de ti.

Alternativamente coge cada objeto y dedícale unos segundos.

Siente su peso en la palma de la mano, la textura y acarícialo. A partir de ahora presta atención a la sensación táctil de tu día a día.

3- Meditación gustativa

Esta es la que hago hincapié en cada una de las sesiones con mis clientas. Se trata de degustar la comida en vez de engullirla.

Para empezar elige alguna de las comidas que realices a lo largo del día.

Elimina todo tipo de distracciones (TV, móvil, periódico, …).

Comienza prestando atención al plato, contempla la comida como si fuera la primera vez que la ves. Observa sus color, forma, olor, ..

Se trata de sentir cada una de las sensaciones que te produce cada bocado, la textura, la temperatura, el sabor, … Pon todos tus sentidos enfocados a lo que estas comiendo.

Además siente como se mueve la boca y los músculos para masticar y tragar.

Al terminar de comer visualiza como la comida se transforma en energía y siente como esta tu cuerpo.

4- Meditación del sonido

Presta atención a los sonidos que te rodean.

¿Qué oyes por el oído derecho?. ¿Y por el izquierdo?. ¿De dónde procede el sonido de delante, de detrás, …?

A medida que eres consciente de los sonidos, vete ajustando la percepción. Es cómo si fueses quitando capas, y vas extendiendo tu oído más allá de la primera impresión.

Con la práctica puedes llevar la percepción a tu sonido interior.

5- Meditación olfativa 

Al igual que con la anterior meditación se trata de que prestes atención a los olores que percibes.

La puedes realizar mientras vas caminando por la calle.

Empieza siendo consciente de tu respiración, vete haciendo que sea relajada y profunda.

A continuación empieza a sentir los olores, por ejemplo del establecimiento de comida rápida, de la cafetería, de la perfumería, …

Vete afinando hacia olores más sutiles y al saborear cada aroma observa que sensaciones te produce.

Meditar no es algo complicado simplemente te tienes que poner a ello. Aunque seguramente en más de una ocasión has practicado alguna de estas meditaciones, ahora sólo se trata de que seas consciente.

¿Por cuál te animas a empezar?

Comparte tu experiencia dejando algún comentario.