Para mejorar tu salud no es suficiente con que sepas qué es saludable y qué no lo es. De hecho seguro que la teoría te la conoces muy bien. Tienes que comer 5 piezas de fruta y de verdura, cereales integrales, reducir la cantidad de carne roja, etc.

El primer paso es que sepas si realmente estas motivada y dispuesta a realizar un cambio en tu dieta.

La palabra dieta viene del griego y su significado estilo de vida.

En una escala del 1 al 10, ¿cuál es tu grado de disposición a realizar un cambio en tu dieta?.

Si tu respuesta tiene un valor bajo.

Te has parado a pensar las consecuencias que tiene seguir como estas.

¿Tienes alguna experiencia anterior de haber realizado un cambio de dieta y que no haya resultado?

¿Qué sucedería si decides modificar tus hábitos y no lo consigues?

Y, ¿Que sucedería si lo consigues?

¿Crees que si realizas el cambio obtendrías algún beneficio?

¿Cuál es tu verdadera preocupación si te animas a realizar el cambio?

Con esto lo que quiero es que indagues si estas realmente satisfecha con tus hábitos o más bien es alguna creencia, miedo o inseguridad lo que te esta frenando a dar el paso para salir de tu zona de confort.

Si tu respuesta tiene un valor alto

¿Qué motivos tienes para realizar el cambio?.

Los beneficios que obtendrías con la nueva situación son lo suficientemente motivadores?

Si es así, vas por buen camino.

Para realizar un cambio tienes que sentir que lo que vas a conseguir supera con creces a los obstáculos que te puedas encontrar por el camino.

Vas a necesitar paciencia, constancia y confianza en ti misma.

Paciencia: ningún cambio se realiza de la noche a la mañana y menos cuando lo que quieres modificar son unos hábitos que llevan contigo toda una vida.

Constancia: Seguro que en algún momento del camino aparecen obstáculos, ahí es cuando tienes que seguir adelante y no ceder a las adversidades.

Piensa que eres el capitán de tu barco en medio de la tormenta, tienes que mantenerte firme y no zozobrar, porque sabes que después llega la calma y seguirás adelante rumbo a tu objetivo.

Confianza: Tienes que confiar en ti misma. Y aquí es donde entra en juego la relación que tienes contigo. No se si te habrás dado cuenta pero en muchas ocasiones no necesitas enemigos porque para eso ya estas tu.

¿Cuántas veces te has criticado, juzgado y culpabilizado?.

Y encima con una rudeza tremenda. Es como tener a Pepito grillo pegado a tu oreja.

Esto tiene que cambiar.

Aquí encontrarás una manera que te ayudará a cambiar ese Pepito grillo y así poder convertirte en tu mejor amiga.

Esa es la que te escucha y te comprende.

La que te hace ver tus fortalezas en vez de tus debilidades.

La que potencia tus logros y la que sabe que lo vas a conseguir porque tienes todos los recursos necesarios y eres válida y capaz.

Una vez que tienes claro que quieres mejorar, el punto de partida hacia esta nueva aventura es que te marques varios objetivos. Primero de aquí a un año, después de aquí a 6 meses.

Ten en cuenta que esto es como el que quiere escalar el Everest. Su objetivo es llegar a la cima, pero se tiene que ir marcando pequeños hitos, y estos son los pasos que irá dando.

Como sólo piense que tiene que llegar y no marque los pasos a seguir, le puede dar una desazón de tal calibre que se quede en su casa en el sofá mirando la foto del Everest y pensando en lo que podría ser estar ahí.

Y esto no es lo que quieres que te suceda a ti.

Al pensar en tus objetivos piensa en preguntas como:

¿Estoy lo suficientemente motivada para cambiar mi dieta?

Esto no sólo trata de comer, es un trabajo integral de todo tu ser y tu entorno, es un cambio que afectará a tu estilo de vida.

Te digo desde ahora que cualquier mejora que incorpores en tu vida la vas a sentir y tu alrededor también lo percibirá.

No tienes nada que perder y mucho que ganar, así que da el primer paso y marcarte tus objetivos y los pasos que vas a dar.

Recuerda que un objetivo sin plan es sólo un deseo.

Comparte cuáles son tus objetivos de aquí a 1 año. Y cuéntame que tal llevas la paciencia, la confianza y la perseverancia.

En mi caso lo que más me cuesta es la paciencia, así que suelo echar mano de la confianza para no desesperarme.