Muchas veces cuando llega el momento de hacer lo que te habías propuesto (hacer ejercicio, planificar el menú semanal o meditar), no te apetece.
Te pesa todo, hasta el alma.
A mí me pasa a veces. Y buscas todo tipo de excusas o distracciones para no hacer lo que te toca.
Y cuando pasa el día y no has terminado lo que querías, te sientes fatal.
Sé que habrás oído muchas veces que “la motivación es necesaria para ponerte en acción”.
Es cierto, la motivación es conveniente, ¡pero tal vez no necesaria!.
Si sólo actuaras cuando estás motivada, cuando te apetece hacer algo, seguramente tus resultados se retrasarían en el tiempo….
Entonces, ¿qué queda?
Pues algo muy sencillo.
Cuando no te sirva la primera versión, dale la vuelta a la frase: “Me motivo porque actúo”.
Hay veces que no te apetece, no tienes ganas… es más, harías cualquier otra cosa.
Pero te tienes que poner porque tienes una fecha de entrega o un compromiso contigo misma.
No hay vuelta de hoja.
Te pones y te das cuenta de que, ni era tan “malo”, ni tan “difícil”.
Y una vez en acción, hasta te has animado.
El otro domingo ya por la tarde tenía planeado salir en bicicleta de montaña. Hacía un día estupendo, perfecto para salir a pedalear un rato. Pero era más tentador quedarme en el sofá y leer algo.
Me tuve que recordar a mí misma mi compromiso: salir al menos tres días a la semana en bicicleta (por el bien de mi salud física y mental).
Era domingo y sólo había salido dos días. Con lo cual, no quedaba otra. Salí sin ganas y volví renovada (y satisfecha de haber sido fiel a mí).
Por eso, cuando no te sientas motivada, ignora esa sensación (ya sabes que los sentidos nos engañan a veces) y ponte en marcha.
Haz como si estuvieras motivada…
Al principio tiras de la voluntad para poner en marcha el motor y luego ya va solo.
Así te conviertes en una persona que tiene el hábito de hacer lo que toca (que no es algo aleatorio, si no, algo que previamente has elegido porque está en consonancia con tus objetivos).
Y puede te alcance la inspiración. ¿Recuerdas esa frase célebre de Pablo Picasso? “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”.
Si necesitas más elementos para poner en la balanza, y vencer esa “resistencia” interna, te doy unas estrategias de peso:
1. Mira tus valores esenciales y tu visión de tu vida ideal
Por ejemplo, ir al gimnasio o meditar, ¿te ayuda a vivir más alineada con tus valores esenciales, con lo que es importante para ti?. ¿Te va acercar a la vida que quieres?.
Si es así, ¡hazlo!
2. Comprométete con tus objetivos
Sin objetivos flotarás sin rumbo.
Tener objetivos que están en consonancia con tus valores y tu visión ideal te ayudará a saber adónde te diriges.
Y comprometerte con ellos al 120%, es el requisito necesario para hacer lo que te has propuesto (Con o sin ganas, no importa porque ya te diste tu palabra).
3. Haz algo que suba tu energía
Tómate 5 minutos para saltar, bailar, escuchar tu música favorita, hablar con un amigo… Desde ese estado será más fácil hacer lo que te toca.
4. Piensa en una recompensa
Ej. Después de ir al gimnasio quedo con las amigas para tomar un café o para ir al cine.
5. Apóyate en hábitos.
Desarrollar hábitos que promuevan tus objetivos te ayudará a lograr mejores resultados.
El hábito te permite automatizar acciones sin tener que pensar mucho.
Por ejemplo: lunes,miércoles y viernes voy a nadar a la piscina de 19:00 a 20:00, y me pongo un recordatorio.
Entonces ya ni te planteas si lo haces o no: vas.
6. Búscate una aliada
Si sabes que te puede la fuerza de gravedad, búscate una amiga para quedar e ir juntas a correr, o lo que sea que te cueste hacer por ti misma.
Además, cuando terminas lo que te has propuesto, te sientes muy bien. Es una pequeña victoria en el camino hacia tus objetivos.
Eres tú quien guía tu vida y no tus miedos o tus sabotajes. ¡Tomas las riendas!
Y a ti, ¿qué te ha resonado más?. ¿De qué manera usas esta frase?. ¿Qué estrategias utilizas para hacer lo que te toca?.
Te animo a compartirlas a continuación y así aprendemos todas.
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Soy Cristina Ramón, coach profesional. Ayudo a las mentes libres y a profesionales independientes a vencer las barreras que les impiden escuchar su corazón y hacer realidad sus sueños. Estoy convencida de que si cada persona siguiera su corazón y viviera alineada con sus valores y sus sueños, su mundo y la sociedad se transformarían.
Por eso lo he llamado “la revolución del corazón”. Me encontrarás en: www.larevoluciondelcorazon.com
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