Ya están aquí las navidades con todos sus excesos y promesas. ¿No estas cansada de que año tras año sea la misma historia?. Para mi esto es como la película de ‘El día de la marmota’!.

Durante todo el año has podido tener unos hábitos más o menos saludables y una rutina establecida. ¿Qué sucede para que al final de año todo se vaya al traste?. Y encima, no faltarán las consabidas promesas de mejorar en cuanto pasen las fiestas.

Detrás de este comportamiento de comer en exceso están situaciones y emociones a las que tienes que hacer frente. Tu conducta alimentaría se ve alterada por diferentes motivos, algunos de los cuales pueden ser:

  • Aumento del estrés (debido al gasto, ser anfitriona, …)
  • Estar todo el año privándote y durante esta época darte carta blanca
  • Ver que ha pasado un año y que todo sigue igual.
  • Tus objetivos no se han cumplido
  • Reencuentros familiares
  • Compromisos que no sabes cómo eludir
  • Sentirte sola
  • Presión por comer y no saber rechazar
  • Miedo a engordar
  • Y un largo etcétera

Todo ello implica que tengas que gestionar tus emociones y que surjan necesidades que no sabes atender.

Es como la llegada de un tsunami, te sientes desbordada. Al no saber qué hacer, echas mano de lo que antes te proporciona alivio, la COMIDA.

Este alivio no es duradero con lo que entras en un círculo vicioso, emociones que no sabes manejar, exceso de comida como recurso de gestión y vuelta al principio.

Para poder tener una buena relación con la comida, lo primero que tienes que conseguir es tener una buena relación contigo misma.

Necesitas ser consciente de tus emociones, de tus necesidades y de tus pensamientos. De esta manera serás capaz de encontrar los recursos necesarios para hacer frente a las distintas situaciones.

Es muy común recurrir a la comida para satisfacer una emoción o una necesidad no identificada.

Algunas estrategias para manejar las emociones son:

1. Ser consciente de lo que sientes 

Se trata de que te conviertas en una observadora de tus pensamientos y de tus emociones. Los observas con plena atención sin juzgarlos y sin identificarte con ellos. Estas totalmente consciente del momento.

Mientras observas puedes hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿qué es lo que provoca esa emoción?. Se trata de que encuentres cuáles son los disparadores
  • ¿Cómo te sientes con esa emoción?. Si no te gusta, ¿Cómo podrías cambiarla?

        2. Expresar las emociones de forma saludable

Una vez que sabes qué es lo que sientes y porqué lo sientes, lo ideal es que dejes que esa emoción se exprese sin ponerle resistencia.

Algunas sugerencias son:

  • Si estás estresada, respira. La respiración te ayuda a conectar contigo y permitir que la emoción se exprese
  • Si ves que estas comiendo en exceso, conecta contigo. Para y respira
  • Muévete. El movimiento ayuda a canalizar las emociones
  • La escritura es muy poderosa, te ayuda a poner distancia y tener un mayor entendimiento de ti misma
  • Aprovecha los momentos de soledad, como cuando te estas duchando para conectar contigo

Para ayudarte en este proceso, te invito a que en estos días te hagas estas preguntas:

  1. ¿Cómo te quieres sentir en estas fechas?
  2. ¿Qué hace que te sientas así?
  3. ¿Qué puedes hacer para cubrir tus necesidades?
  4. ¿De qué recursos dispones o cuáles necesitas?

También puedes aprovechar para:

  • Conectar contigo
  • Identificar tus emociones y tus necesidades
  • Buscar los recursos que necesitas para sentirte bien y en paz
  • Enfocarte en lo que quieres conseguir
  • Disfrutar y saborear de la comida

Haz de este fin de año algo especial y diferente, en el que tu relación con la comida sea saludable, evitando los excesos. Que tu meta sea terminar el año con pleno bienestar.

Bienestar = Comer bien + Moverse + Relajarse + Disfrutar